EUROPA
PRESS
12 marzo
2019
La
actividad física puede reducir la mortalidad en mayores con fragilidad física y
deterioro cognitivo
Un estudio internacional liderado por
la Universidad de Granada (UGR) ha demostrado que la actividad física puede
atenuar un 36 por ciento el riesgo de mortalidad entre las personas
cognitivamente frágiles.
Este estudio ha sido desarrollado en colaboración con la
Universidad Autónoma de Madrid, el Instituto de Alimentación Imdea, el Ciber en Epidemiología y Salud Pública y la Northeastern University (Estados
Unidos).
La fragilidad cognitiva es una manifestación clínica
heterogénea caracterizada por la presencia simultánea de fragilidad física y
deterioro cognitivo, en ausencia de demencia, y parece conllevar un mayor
riesgo de muerte que la fragilidad física o el deterioro cognitivo por
separado, según detallan desde la Universidad de Granada.
A pesar del efecto potencial de la actividad física regular
para disminuir el declive cognitivo y su asociación con una menor mortalidad en
individuos no frágiles, ningún estudio previo ha investigado si la actividad
física podría atenuar el efecto de la fragilidad cognitiva en la mortalidad.
El estudio liderado por la UGR proporciona la primera
evidencia empírica sobre el impacto de la actividad física sobre la mortalidad
en individuos cognitivamente frágiles.
Sus autores estudiaron a 3677 adultos mayores, con una edad
media de 72 años, a quienes realizaron un seguimiento durante más de 14 años.
Estos resultados pioneros mostraron que la fragilidad
cognitiva se asoció con un aumento de la mortalidad más marcadamente en adultos
mayores inactivos y, lo que es más importante, ser físicamente activo puede
reducir el riesgo de mortalidad entre los individuos cognitivamente frágiles en
un 36 por ciento.
Irene Esteban-Cornejo, primera autora del estudio e
investigadora de la Universidad de Granada, destaca las implicaciones clínicas
del estudio y señala que "en comparación con los que eran robustos y
activos, los participantes con fragilidad cognitiva e inactivos tenían el mayor
riesgo de mortalidad", lo que equivalía a ser casi 7 años mayor.
Esta investigación puede tener implicaciones importantes
porque los niveles de actividad física se reducen drásticamente durante el
envejecimiento, mientras que el deterioro cognitivo y físico ocurre
naturalmente, afirma David Martínez-Gómez, coautor del estudio e investigador
de la Universidad Autónoma de Madrid.
En este trabajo, la prevalencia de inactividad física en
individuos cognitivamente frágiles fue de alrededor del 65%. Por lo tanto,
"promover la actividad física entre individuos cognitivamente frágiles es
crucial porque tienen margen de mejora y puede aumentar su supervivencia".
Sin embargo, se necesitan más estudios longitudinales y
experimentales para esclarecer la importancia de la actividad física para
disminuir la mortalidad en individuos cognitivamente frágiles.